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¿ Es malo el azúcar ?

El consumo del azúcar es uno de los temas más estudiados y debatidos por la comunidad científica, doctores y nutricionistas. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la dosis adecuada a ingerir en

un día no debe exceder 25 gramos, el equivalente a seis cucharaditas, pero eso solo refiere a llamada “azúcar agregada”, es decir a aquella que se añade a las comidas como un aditivo.

Estudios de diversas organizaciones, dentro de las que destacan las del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas, en Huston (UTHealt por sus siglas en inglés) proporcionan un nuevo punto de vista, el cual señala que no solo esos alimentos que se consideran dulces son los únicos que contienen grandes cantidades de azúcar.

Esto genera un nuevo panorama al momento de conocer cuál es la cantidad exacta que se debe ingerir de este alimento. Y, sobre todo, cuáles son los daños que puede causar su consumo excesivo.

 

Lo que conocemos como azúcar es..

Cuando decimos “Azúcar”  pensamos de inmediato en la cucharadita que agregamos al café, esta sustancia blanca es conocida como sacarosa y está compuesta a su vez por dos tipos de azúcares que son la fructosa y la glucosa.

 

Sacarosa= fructosa+glucosa  

Existen muchos tipos de azúcar, estos pertenecen al grupo de los macronutrientes llamados Hidratos de Carbono que a su vez se clasifican en carbohidratos simples y carbohidratos complejos.

El azucar de mesa o sacarosa está enmarcado en los carbohidratos simples, estos se caracterizan porque son de absorción rápida, pues su extructura química es más sencilla. Al tomarlos el azúcar en sangre aumenta rápidamente y es aquí donde , si no hay un control, con una ingesta equilibrada, recomendada y de sentido común, puede desencadenar serios problemas a nuestra salud.

 

¿Cómo actúa en el organismo?

Muchos son los casos en los que los científicos relacionan el consumo de azúcar con enfermedades crónico degenerativas, o padecimientos del corazón, vasos sanguíneos, obesidad, sobrepeso y, recientemente, problemas de adicción. Pero,  ¿a qué se debe todo esto? Para ello es necesario conocer cómo actúa el azúcar al entrar en nuestro organismo.

En una entrevista ofrecida al New York Times, Kimber Stanhope, quien pertenece a un grupo de investigadores de la Universidad de California, refirió que en sí misma el azúcar no hace daño. Su consumo excesivo sí.

Esto se debe a la forma en que se descomponen la glucosa y la fructosa. La primera se reparte por todo el organismo (pues todas las células la necesitan) y eso ayuda al proceso de absorción.

Caso contrario ocurre con la fructosa, ya que es el hígado quien la sintetiza casi en su totalidad. Una vez en él, importará, por ejemplo, si proviene de una fruta o un refresco. Si se trata de la primera, el hígado aprovechará sus vitaminas y la descomposición será compensada. Si ocurre con el segundo, el resultado puede ser distinto, pues no habrá ningún nutriente que la acompañe.

Stanhope dijo que una manzana posee aproximadamente 19 gramos de azúcar; a diferencia de un refresco de 443 mililitros, cuya porción contiene 55 gramos. Lo cierto es que es más frecuente que alguien prefiera beber dos o tres refrescos que comer varias manzanas.

 

El problema del exceso

Si se es consciente de que es mucho más fácil consumir este tipo de alimentos, se tendrá claro sus daños posteriores. Mark Herman, profesor de medicina en Harvard, comentó para el New York Times que, en general, la fructosa que descompone el hígado es convertida en triglicéridos.

A medida que aumentan estos, disminuye el valor del llamado colesterol “bueno” o HDL. Con el paso del tiempo, la alteración de estos valores en el torrente sanguíneo es la causa por la que, de manera reciente, los científicos investigan la relación del consumo de azúcar con problemas cardiovasculares.

El portal web Scielo, el cual reúne, a manera de enorme biblioteca, una serie de publicaciones de revistas científicas brasileñas, mostró el estudio de tres doctores en España que relacionan ciertas cardiopatías con la ingesta excesiva de azúcar.

Señalaron el aumento de la obesidad, la cual se relaciona con el consumo excesivo de calorías líquidas que provienen de bebidas azucaradas y, principalmente, aquellas se realizan con fructosa. Claro está -y esto lo ponen en relieve los autores- que la predisposición genética cumple un papel fundamental.

Pese a ello, una de las conclusiones que denominan como “amenaza”, es que el aumento en el consumo de comidas azucaradas propicia el riesgo de enfermedades del corazón. Aseguran que el azúcar, además, conlleva a altos niveles de ácido úrico, el cual da pie a la hipertensión arterial.

 

El azúcar “escondido”

La Corporación Británica de Radiodifusión (BBC en inglés), publicó un artículo en el que asevera que existen muchos azúcares “escondidos” en otros alimentos que no son necesariamente dulces.

La investigación se origina porque en los Estados Unidos se colocará, a partir de julio de 2018, el valor correcto de azúcar agregada. Esta irá en las etiquetas de cada alimento que se comercialice.

 

La BBC hace la siguiente pregunta: “¿Cuánto de azúcar hay en alimentos salados?” Lo cierto es que es posible detectarlo leyendo su valor nutricional, pero pocos lo hacen debido a que asocian los términos “azúcar” y “dulce”, dejando de lado las comidas que no lo son.

 

Una rebanada de pan integral puede ser equivalente a una cucharada de azúcar. Lo mismo que una sopa de tomates a tres cucharadas. En este sentido, los alimentos que se consumen con mayor regularidad son las salsas o aderezos, y estos poseen gran cantidades de azúcar.

 

 

Otras desventajas del azúcar

Más allá de las enfermedades del corazón, obesidad y sobrepeso, hay otra serie de padecimientos que los científicos estudian con el fin de corroborar si tienen relación con el consumo de azúcar.

Uno de ellos es la posible adicción y, más allá, la alteración neuronal. En 2013, la Universidad de Connecticut realizó un estudio en el que evaluaban la estimulación de las neuronas con azúcar. Uno de los resultados fue que esta produce el mismo efecto en las células cerebrales que drogas como la cocaína. De allí que haya personas que no puedan resistirse ante dulces.

Además, la ingesta de azúcar durante mucho tiempo puede desarrollar ansiedad.

Otro problema es que el azúcar en exceso puede generar Síndrome Metabólico, el cual es la suma de condiciones que conllevan a enfermedades como diabetes tipo 2. Del mismo modo, alteraciones en los dientes como las caries son otra consecuencia.

Del mismo modo están enfermedades como el hígado graso, por la diminución del colesterol “bueno” (HDL) y aumento del “malo” (LDL)

¿Y los “endulzantes naturales”?

Una de las últimas alternativas para la comercialización y posterior consumo de azúcar, son los llamados “endulzantes naturales”.

Pese a ello, los científicos han sido críticos con esta tendencia. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA en inglés), hizo un llamado de atención a las compañías norteamericanas para que no “vendan” el nombre de este tipo de suplementos como “más sanos”.

Lo que normalmente ocurre es que estas empresas intentan desplazar al jarabe de maíz, el cual posee gran cantidad de fructosa y es el utilizado en algunos refrescos, por otros que consideran menos dañinos, como azúcar de betabel o miel de agave.

Al final, no importa cuál sea el alimento que provea el azúcar: en exceso puede generar problemas en el organismo. Esta es la razón por la que su consumo debería cumplir las recomendaciones emitidas por las organizaciones de la salud, así como se debe vigilar tanto en adultos como en niños qué comidas formarán parte de la dieta diaria.

Llegó Navidad… Disfrútalo sin remordimientos, solo sé un tanto moderado.

La Navidad es la fiesta cristiana más importante del año y la más popular. La mayoría de los grandes acontecimientos de la humanidad, casi siempre tuvieron relación con hábitos alimenticios y la Navidad, además de ser un hecho religioso vinculado a la espiritualidad, es una fecha llena de alegría y magia para algunos, en cambio, triste, nostálgica para otros, lo cierto es que, peligrosa compañera para los que queremos mantener un peso ideal.

Las cenas de empresa, de amigos, vamos… comilonas por doquier, que se hace muy difícil no caer en la tentación.

Mas no te preocupes, ¡ocúpate!, si tienes ganas de verte y sentirte bien, mantén esa motivación viva. Para la mayoría será muy difícil comenzar una planificación más rigurosa ahora, por lo que te aconsejo que no te obsesiones y utiliza el sentido común junto a algunos consejos que daré para ayudarte.

No creas que estoy elucubrando, el asunto del sobrepeso o algunos kilos de más es algo que puedes empezar a manejar si tienes determinación, disciplina y eres constante. Antes de seguir, quiero que seas consiente que, lo que fácil llega, fácil se va, sí, esa frase que tanto oyes; pero a la que muy poco se presta atención está cargada de razón y verdad. Lo que quiere decir, que se debe tener, cuando menos, deseo de cambiar algo. Recuerda que las dietas milagros no existen y las que hay pueden amenazar para tu salud.

Dicho esto, hay ciertas recomendaciones que podemos seguir y así evitar acabar con unos kilos que no necesitamos y que no nos ofrecerán ningún beneficio. Debemos eludir a toda costa empezar a comer desequilibradamente durante el mes completo, procura ceñirte a los días realmente festivos, que no serán más de cinco. Ya en los supermercados hay polvorones, turrones… Evidentemente, esto incita a empezar a comerlos antes.

 

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El primer consejo de mi lista es:

 

  1. En ayunas, toma un vaso con agua y agrega unas gotas de limón. Los pequeños estímulos o ácidos orgánicos débiles equilibran tu pH y depuran el organismo. Esto es clave para mantener una buena salud.

 

  1.  Muévete, si no tienes tiempo para ir a un gimnasio o salir a caminar en las mañanas, puedes hacer unas cuantas sentadillas, flexiones, salto a la comba, trote estacionario o el ejercicio que más te convenga antes de entrar a la ducha. Lo importante es que logres acelerar el ritmo cardíaco. Mantén la actividad, de 20 a 30 minutos.  A lo largo de el día aparca más lejos del trabajo para que camines más, sube y baja las escaleras, no uses el ascensor. Recordad que la caloría es una unidad de energía y a mayor movimiento mayor necesidad de consumir esa energía. Al hacer que nuestro corazón bombee a un ritmo más rápido lograremos una muy buena base para estar en forma.

 

  1. No picar entre horas, aquí tu determinación tiene que entrar en el juego. Recuerda distribuir esas calorías a lo largo del día y no añadas más innecesariamente. Guárdate para las comidas importantes, las matemáticas no fallan, si ingieres más de lo que quemas engordarás. En su lugar bebe agua, come una manzana Granny Smith (preferiblemente) o una zanahoria cruda…
  1. Evita o minimiza los alimentos muy procesados y las grasas TRANS, refrescos, patatas de bolsa, bollería industrial, sopas y salsas preparadas, snacks, palomitas, productos precocidos, endulzantes artificiales, etc. Estas grasas son más perjudiciales que las grasas saturadas. En estas fechas con que elimines este tipo de alimentos estarás dando un gran paso y mantendrás a raya el aumento exagerado de peso.

 

  1. Pésate dos o tres veces por semana, así, te mantendrás consciente y nos aseguramos que no se nos vaya de las manos.

 

  1. Aprende a desaprender, deshazte de la mentalidad que la comida navideña debe ser muy abundante y, que si no sobra, es que eres o se es un mal anfitrión. Hay que hacer como dice el divulgador científico y escritor Eduardo Punset en su libro, “El viaje al poder de la mente”, donde plantea, que no somos consientes de lo que implica para nuestro futuro poder echar por la borda gran parte de lo que sabemos o hemos conocido y asimilar que es mucho más útil desaprender determinadas cosas, que en realidad no nos benefician, como esta, por ejemplo.

 

  1. Bebe uno o dos vasos de agua antes de las comidas, tanto si vas a un banquete como si comes en casa. Hay estudios comprobados que demuestran que un mayor consumo de agua constituye una estrategia efectiva para perder peso. El agua hace sentir el estómago más lleno, con lo que disminuye el apetito y comemos menos. También ayudará a limpiar el organismo y eliminar toxinas. Se recomienda beber aproximadamente entre 9 y 13 vasos de agua al día, según la persona.

 

  1. Come despacio y con moderación; es aconsejable masticar muy bien los alimentos, esto contribuirá a que se haga una digestión fácil y correcta, en donde el cuerpo tomará los nutrientes que requiere para su correcto funcionamiento y le enviará una señal al cerebro de saciedad.

 

  1. Come de todo con mesura y compensa los excesos, sé prudente, de esta forma, podrás comer de todo,  si una comida ha sido demasiado calórica, podrás ajustar en los días siguientes esa cantidad de más que has ingerido.

 

  1. Sé selectivo, muchas veces en este tipo de cenas o comidas el principal problema es que nos encontramos con muchos tipos de entrantes, primeros y segundos. Es mejor plantearnos, antes de empezar, lo que no nos queremos perder y centrarnos en qué vamos a tomar, sin olvidar ser comedido.

 

  1. Cuidado al tomar alcohol, ante todo, si bebes no conduzcas. El alcohol aporta calorías vacías. Engorda mucho porque interrumpe la oxidación de las grasas e hidratos de carbono ocasionando que en lugar de quemarlos los almacene. Contiene 7 Kcal/g (energía pura). Es rico en azucares, lo cual significa más para almacenar. El alcohol deshidrata y, a falta de agua, el cuerpo no puede realizar correctamente las funciones y reacciones químicas.

Por lo tanto, no te pases con la bebida.

 

 

Recuerda que, para hacer un cambio serio de hábitos con una buena planificación alimentaria, debes pedir ayuda y acudir al especialista que más confianza te dé.

En definitiva, lo más importante en estas fiestas, además de lo bonito de la tradición, es estar bien contigo y con los tuyos.

Deseo sinceramente, que tengáis unas fiestas maravillosas e inolvidables.

 

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